15 recetas tradicionales competirán en la final del I Concurso de cocina «Quien tiene una madre, tiene una receta» el próximo sábado 27 de noviembre
«Cada día se cocina menos en los hogares por el estilo de vida que llevamos, ¿qué pasa entonces con las recetas de toda la vida?», nos pregunta Kike Júlvez, socio fundador de Grupo Tándem.
Motivados por resolver el enigma, la firma de comida para llevar La Tradicional (Grupo Tándem) puso en marcha su primer concurso de cocina amateur Quien tiene una madre, tiene una receta para, precisamente, poner en valor esas recetas y sabores de siempre.
«Las de casa. Las de toda la vida», añade Júlvez.
Tras una gran acogida del concurso, el jurado formado por los cocineros del Grupo Tándem ha decidido ampliar el número de finalistas a 15, dado el nivel culinario de las propuestas recibidas durante las últimas semanas. Los elegidos se debatirán en un duelo de fogones el próximo sábado 27 de noviembre en las instalaciones de la Escuela TOPI.
La cocina, el nexo de unión generacional
Curiosamente, muchas de las recetas recibidas son pucheros. ¿Quizás porque se acerca el invierno?¿O porque es el primer recuerdo que nos viene a la mente cuando pensamos en la cocina «de toda la vida»?

Cualquier respuesta nos deja con la boca agua, y los recuerdos, un agradable vacío en el estómago. Y es que la cocina tiene un poder único para unir generaciones y transportarnos de nuevo a los momentos felices de nuestra infancia: «esas croquetas de la madre hechas con los restos de cocido, esa salsa de albóndigas única, las migas, la tortilla de patata jugosa…» enumera Júlvez.
La evolución de la cocina en los restaurantes avanza con rapidez: nuevas técnicas, nuevos recetarios derivados con la cocina de otras culturas, y un largo etcétera de ideas conjugadas en las que, al final, la esencia acaba desapareciendo .
Tal y como relata el fundador de Tándem, «surgió la necesidad de renovar y mejorar nuestra oferta gastronómica, de ahí el concurso: buscábamos recetas sencillas, de platos conocidos que homenajearan a nuestras madres y abuelas».
Entre las recetas recibidas no solo destaca el amor por las generaciones pasadas, sino también por los alimentos naturales y el producto de proximidad: cardo con alcachofas, lasañas de verduras y gambas con bechamel de pimientos del piquillo, la charlotte de perdiz y berenjena, patatas amarillas de la abuela Felisa, la empanada de hongos, caldereta de la abuela Juana o los canelones rustidos de la tía Ignacia.
«Cada día se cocina menos en los hogares por el estilo de vida que llevamos, ¿qué pasa entonces con las recetas de toda la vida?»
Los guisos han tenido gran aceptación entre el jurado, que ha elegido finalistas las carrilleras de cerdo deshuesadas al vino tinto, la receta de mar y montaña de albóndigas con calamares, el conejo a la cazadora, el atascaburras, los callos Pepapun, las sopas de ajo de mi madre.

Una final con sorpresas
Entre las recetas preseleccionadas, principalmente hay primeros y segundos platos, tanto de hombres como de mujeres, y de todos los segmentos de edad. Además de la variedad de ingredientes autóctonos como el ternasco, también tienen protagonismo los pescados, con finalistas como el salmón relleno de su mousse con salsa de melocotones y el abadejo en ajoarriero con fuegos fatuos.
La final se celebra este sábado 27 de noviembre ante un jurado profesional, formado por representante de la escuela TOPI, otro de La Zarola, que son colaboradores del concurso, y el jefe de cocina de La Tradicional.
Los finalistas recibirán 30 euros para realizar sus compras en el Mercado Central y en el Mercado San Vicente de Paul, pero para los tres ganadores, hay sustanciosos premios en vales para comidas en La Tradicional de 500, 300 y 150 euros, respectivamente.
Además, todos los finalistas recibirán un galardón a través de una colaboración que ha hecho La Tradicional con Buxus Artesanía para poner en valor a los artesanos aragoneses entregando como símbolo de participación una cuchara de palo de madera de boj.
A eso se sumará el recuerdo de participar en directo en la final como un auténtico Masterchef profesional y la felicidad de ver su nombre en el libro de recetas y en la oferta gastronómica de La Tradicional durante todo el año.
¿Y los nervios del momento?
Para Kike Júlvez, no hay motivos, porque de lo que se trata es hacer de algo muy sencillo: «cocinar las recetas que nos enseñaron»
La Tradicional basa su oferta en platos caseros y hechos con mucho amor, algo de lo que nuestros familiares saben mucho. Desde su nacimiento, se basa en la recuperación de sabores de antaño y esos platos que nos hacen salivar solo con recordarlos.